Lo más verde del Banco de Santander es el techo
¿Sabías que la sede financiera del Banco de Santander, en Boadilla del Monte (Madrid), tiene el techo verde más grande de Europa con 100.000 m2? Y Copenhague se ha unido a Toronto para legislar que todos los techos nuevos de la ciudad tengan vegetación para combatir la contaminación. Un techo verde mejora la climatización y ahorra energía; reduce el riesgo de inundaciones; favorece la biodiversidad urbana y sirve para cultivar frutas, verduras o flores. Un techo verde, azotea verde o cubierta ajardinada es el techo de un edificio que está cubierto de vegetación. Hay dos tipos: los intensivos y los extensivos.
Los techos verdes intensivos tienen una capa de tierra de aproximadamente 30 centímetros y requieren de elementos estructurales muy fuertes para aguantar el peso. Pueden tener una gran variedad de plantas y generalmente requieren de mucho mantenimiento. Por tanto, son menos comunes que los extensivos.
Los techos verdes extensivos sólo tienen entre 5 y 10 centímetros de espesor y sólo pueden tener ciertos tipos de plantas. En los últimos 50 años han sido muy usados y desarrollados en Europa, y recientemente en Latinoamérica.
Los techos verdes se pueden usar para:
-Cultivar frutas, verduras y flores
-Mejorar la climatización del edificio
-Prolongar la vida del techo
-Reducir el riesgo de inundaciones
-Filtrar contaminantes y CO2 del aire
-Actuar como barrera acústica; el suelo bloquea los sonidos de baja frecuencia y las plantas los de alta frecuencia.
-Filtrar contaminantes y metales pesados del agua de lluvia
-Proteger la biodiversidad de zonas urbanas
-Reducir la pérdida de calor y reducir el consumo de energía en invierno.
La tendencia moderna comenzó cuando Alemania desarrolló los primeros en la década de 1960 y ahora se han difundido a muchos países. Se calcula que alrededor del 10% de los techos en Alemania son verdes. Se están volviendo populares en Europa y también en Canadá y Estados Unidos. Algunos países europeos, incluyendo Alemania, Suiza, Holanda, Hungría, Suecia o el Reino Unido tienen asociaciones que fomentan los techos verdes.
En Francia hay un enorme techo verde de 8.000 m2 que ha sido incorporado dentro del museo L’Hostorial de la Vendée que se inauguró en junio de 2006 en Les Lucs-sur-Boulogne.
El edificio de la Academia de Ciencias de California, que se encuentra en construcción en el parque Golden Gate de San Francisco tiene un techo verde que proveerá casi una hectárea de vegetación nativa designada para proteger algunas especies locales en peligro. Otro caso paradigmático es el techo verde del Ayuntamiento de Chicago.
El Programa de Incentivos para las Cubiertas Ecológicas es una iniciativa de la ciudad de Toronto (Canadá) cuya finalidad es promover la construcción de cubiertas verdes y reflectantes en los edificios comerciales, industriales e institucionales de esta ciudad canadiense. El techo verde de su estación de metro es un buen ejemplo de ello.
Recientemente, la danesa Copenhage se ha unido a Toronto como la segunda ciudad que aprueba una ley que requerirá que todos los techos nuevos de la ciudad tengan algún tipo de vegetación en un intento de combatir la contaminación ambiental.
La capital de Dinamarca espera que cada año se cubran 5 mil metros cuadrados. La ciudad tiene 20 mil metros cuadrados de techos. Para el 2025 la meta es convertirse en neutral de carbono. También existe la opción de obtener ventajas fiscales, caso de Tokyo y ahora Buenos Aires.